Alimentos responsables

Todo el mundo quiere comer alimentos sanos para tener un cuerpo sano, pero ¿cómo podemos crear sistemas alimentarios sanos para un planeta sano?

Actualmente, nuestros sistemas alimentarios industriales están causando estragos en nuestro medio ambiente. El galopante cambio climático, los altos niveles de desperdicio de alimentos, la tala de bosques, la erosión del suelo, la escasez de agua y la contaminación son sólo algunos de los subproductos de nuestros sistemas actuales. La conexión entre las emisiones relacionadas con la deforestación y la expansión agrícola está bien documentada. La industrialización continuada de cuatro productos básicos en particular -aceite de palma, pulpa y papel, soja y carne de vacuno- supone un grave riesgo para nuestros bosques y el clima mundial.

También nos enfrentamos a la extinción de especies clave, a la desaparición de la diversidad de los cultivos y al aumento de la inseguridad alimentaria y la desigualdad racial como resultado de la forma en la que producimos la mayoría de los alimentos hoy en día.

En la actualidad, nuestro sistema de agricultura industrial genera aproximadamente un tercio de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (GEI). Estos gases de efecto invernadero proceden en gran medida de la conversión de los bosques tropicales en cultivos alimentarios y otros usos ganaderos. Las emisiones de metano de esta agricultura industrial son otro subproducto destructivo. Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), aproximadamente el 30% de las tierras y el 75% de las tierras agrícolas del planeta se dedican a la producción de ganado o pienso.

Está claro que lo que ponemos en nuestros platos tiene un gran impacto en el medio ambiente. Comer de forma más saludable y más sostenible van de la mano, lo que significa que podemos desarrollar prácticas alimentarias sostenibles que mejoren nuestra propia salud al tiempo que benefician la salud del planeta.

Entonces, ¿cómo podemos transformar el sistema alimentario mundial?

  1. Dar prioridad a las plantas: Una buena Alimentación Saludable sugiere llenar la mitad del plato con verduras y frutas como parte de una dieta óptima, pero planificar nuestras comidas en torno a los productos de coles y remolachas también beneficia al planeta. Cambiar nuestra forma de alimentación más basada en las verduras, ayudará a reducir la extracción de agua dulce y la deforestación (1) – una ganancia tanto para nuestra salud personal como para el medio ambiente.
  2. Minimizar la carne: Otro de los puntos que nos sugiere una Alimentación Saludable es el de reducir la carne roja, y ahora hay otra razón para tratarla más como un condimento que como un plato principal. La producción de carne contribuye de forma sustancial a las emisiones de gases de efecto invernadero -especialmente la producción de carne de vacuno- y la carga medioambiental se agrava, ya que la cría y el transporte del ganado también requieren más alimentos, agua, tierra y energía que las plantas (2). Para comer por nuestra propia salud y por la del planeta, deberíamos considerar la posibilidad de elegir proteínas no cárnicas, como los frutos secos y las legumbres.
  3. Selecciona nuevos pescados: El pescado puede ser una opción saludable si forma parte de un estilo de alimentación saludable, pero algunas especies corren el riesgo de ser sobreexplotadas o producidas de forma que dañan el medio ambiente marino. Si tu variedad de pescado habitual está en la lista de los «evitables», considera la posibilidad de probar algún pescado nuevo.
  4. Busca en la zona: Explorar los mercados de agricultores te ayuda a encontrar productos frescos cultivados localmente, pero es igual de importante conocer a las personas que producen esos alimentos. Estas relaciones son oportunidades para la educación: puedes aprender cómo se cultivan los alimentos, cuándo se cosechan e incluso cómo se preparan.
  5. Come con atención: Una de las cosas más sencillas que puedes hacer para comer de forma más sostenible es practicar la alimentación consciente. Centrarte en lo que comes te permite reflexionar sobre la procedencia de los alimentos y cómo nutren tu cuerpo. Además, al sintonizar con tus señales de hambre, puedes darte cuenta de que no necesitas tanta comida como pensabas, y redimensionar tus comidas. Si prestamos más atención a nuestra forma de comer y pensamos en el «panorama general», podemos modificar nuestro consumo de alimentos y reducir el despilfarro, así como animarnos a buscar fuentes de alimentos más sostenibles.

Referencia:

  1. Rockström J, Willett W, Stordalen GA. An American Plate That Is Palatable for Human and Planetary HealthHuffington Post. March 26, 2015.
  2. Barclay E. A Nation of Meat Eaters: See How It All Adds Up. NPR. June 27, 2012.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *